Los romanos (218 a.C.- 409 d.C.)
Las partes este y
sur de la península (las más civilizadas) aceptaron más fácilmente el dominio
de los romanos, pero hubo trescientos años de guerra de conquista y de
rebeliones (mucho tumulto).
En el siglo II a.C.,
se lucharon las guerras de Numancia (sobre el
río Duero en Soria, provincia del extremo este de Castilla-León), durante la
primera etapa de guerras de conquista.
Numancia fue destruida por los romanos bajo Escipión Emiliano en 133
d.C., después de una heroica resistencia parecida a la de Sagunto; los
numantinos prefirieron morir en las llamas que rendirse. (El actual pueblo de Garray está construido
sobre lo que antes era Numancia.)
La relación de
Hispania con Roma facilitó la romanización de la península. Hispania era una parte integral del Imperio
romano. Los hispanorromanos no eran
simplemente vasallos sino ciudadanos romanos.
Roma dividió la
península en tres provincias: Lusitania (Portugal y Galicia); Tarraconense
[en el noreste de la península; su capital era Tarraco (Tarragona)]; Bética
(Andalucía).
Las
contribuciones (el
legajo) de los romanos influyeron en el campo cultural: el idioma, el derecho
(el sistema de justicia), la administración política (gubernamental), la
jerarquía social (clases); el individualismo (el individuo se consideraba la
unidad básica en vez de la familia o la comunidad); la religión
(cristianismo). También contribuyeron
al florecimiento del comercio y la industria (especialmente la industira
minera). Construyeron grandes obras
públicas: red de caminos, puentes, acueductos, etc. En los campos intelectuales y artísticos también se ve evidencia
de la grandeza de la época romana: Intelectual/artístico: instrucción pública;
Séneca (filosofía), Quintiliano (retórica), Marcial (poesía), Lucano (poesía
épica). Arquitectónico: acueductos,
puentes, teatros y anfiteatros, murallas, templos, etc. La casa romana de un exterior austero y un
interior opulento se adoptó en España durante este período.
Evidencia
monumental de la presencia romana: el acueducto de Segovia, el puente romano sobre el Tajo en
Alcántara, el puente
romano de Salamanca, las ruinas
de Tarragona (acueducto),
las ruinas de Itálica
(cerca de Sevilla), las ruinas
de Mérida (en Extremadura), el templo romano
en Córdoba, los mosaicos del
palacio de la Villa de Olmeda en Palencia y las ruinas
de Julióbriga (en Cantabria), el templo romano de Vich (Vic,
Barcelona).
Los
visigodos (409
- 711)
Aprovechándose de
la decadencia del poder del imperio romano, invadieron la península en olas
ciertas germánicas belicosas como los vandalos, los suevos y los alanos. Los suevos y vandalos invadieron Galicia;
los alanos y los vandalos invadieron el sur, desde Portugal a Cartagena.
Formaron otro
grupo de invasores los visigodos quienes eran ya romanizados y cristianos (arrianos). En 414, Ataúlfo (rey de los visigodos
410-415) toma Barcelona . Los visigodos
se mezclaron con los hispanorromanos para hacer que España fuera, además de
latina, alemana. El rey Recaredo (ca.
587) se convirtió al catolicismo (el cristianismo católico) y con él se
convirtió todo el pueblo visigodo.
El legajo de los
visigodos incluye la unidad política y religiosa; el concepto de una monarquía
aristocrática; el feudalismo. Pero por
lo general, adaptaron las instituciones romanas a sus necesidades.
Rodrigo, último
rey visigodo, fue derrotado por los musulmanes (el general Tarik) en la batalla
de Guadalete (711). Tarik dio su
nombre a Gibraltar (<===Gebel-Tarik,
montaña o roca de Tarik).