Enrique Anderson Imbert
Sala de espera (publicado
en EI gato de Cheshire, 1965)
Costa y
Wright roban una casa. Costa asesina a Wright y se queda
con la valija llena de joyas y dinero. Va a la estación
para escaparse
en el primer tren.
En la sala de espera una señora se le sienta a la
izquierda y le da conversación. Fastidiado, Costa finge
con un bostezo
que tiene sueño y que se dispone a dormir, pero oye que
la señora, como
si no se hubiera dado
cuenta, sigue conversando. Abre entonces
los ojos
y ve, sentado, a la derecha, el fantasma de Wright.
La senora atraviesa a
Costa de lado a lado con su mirada y dirige su charla al
fantasma, quien
contesta con gestos de simpatía. Cuando llega el tren Costa quiere
levantarse,
pero no puede. Está paralizado, mudo; y observa atónito cómo
el fantasma agarra tranquilamente la valija y se aleja
con la señora hacia el
andén, ahora hablando y riéndose. Suben y el tren parte. Costa los sigue
con la vista. Viene un peón y se pone a limpiar la sala
de espera, que ha
quedado completamente desierta. Pasa la aspiradora por el asiento donde
está
Costa, invisible.